Parus caeruleus

lunes, 5 de julio de 2010

EL DODO (Raphus cucullatus): RECUERDO DE MAURICIO







Reino: Animalia

Filo: Chordata

Subfilo: Vertebrata

Clase: Aves

Orden: Columbiformes

Familia: Raphidae?? (Columbidae)



Si preguntamos a algunas personas por el dodo (Raphus cucullatus), la primera reacción seguramente será de sorpresa pues no saben exactamente de qué animal se trata, pero están seguros de haberlo “visto” en algún sitio. A continuación comentan…” ¡Ah!, ¡Sí!, es un pájaro,¿no?...Son muchas las dudas y el vacío de información que existe tras este animal aún. Es una lástima que a pesar de haber sido objeto de fábulas y cuentos de hadas con los que muchos de nosotros disfrutamos de niños, este animal siga siendo tan desconocido…

A principios del siglo XVI (1513) el archipiélago de Mascareñas (Fig.1) fue descubierto al este de Madagascar por el portugués Pedro de Mascareñas, quien le dio nombre. Pero habrían pasado varios años desde entonces, cuando marineros portugueses avistaron por vez primera un ave singular: el pájaro dodo (Raphus cucullatus). Este animal fue encontrado en isla Mauricio; sin embargo, no era la única de su familia que rondaba el archipiélago.


Fig.1. Archipiélago de Mascareñas

El dodo (Fig.2) pertenecía al orden Columbiformes aunque en ocasiones se le ha incluido en los Raphiformes, y dentro de ese orden, a la familia Raphidae. Recientes estudios genéticos realizados en los últimos años a partir del ADN extraído de una cabeza y una pata depositadas en el Museo de Historia Natural de la Universidad de Oxford (Fig.2 y 3), demuestran que el dodo perteneció a la familia Columbidae y no Raphidae y que, por tanto, era un pariente cercano de las palomas.

Fig. 2. Cabeza de dodo

Fig. 3. Pata de dodo

Este animal compartía archipiélago con otras dos especies de su misma familia: Pezophaps solitaria o solitario de Rodrigues y Threskiornis solitarius (Fig.4), una especie de ibis. El primero habitó en la isla que le dio nombre, Rodrigues, y se extinguió en 1760 aproximadamente, debido a la caza y a la predación sufrida por los animales introducidos por el hombre. La tercera especie (Threskiornis solitarius), fue trasladada más tarde al orden Ciconiiformes, donde hoy se le sitúa. Habitó en Reunión y finalmente, alrededor de 1705 desapareció el último representante del grupo. Por suerte hoy en día aún tenemos aves filogenéticamente muy cercanas y parecidas en aspecto a este ibis. No podemos decir lo mismo del dodo, “paloma gigante” del tamaño de un pavo, que tuvo la triste desgracia de ser descubierto alrededor de 1600, para llegar a la extinción solamente ochenta años más tarde.


Fig. 4. Threskiornis solitarius

Existen muy pocos textos científicos que hablen sobre este ave. Lo poco que llega a nosotros y de la forma más fantástica son los cuentos y las historias del tipo “Alicia en el país de las maravillas” de Lewis Carroll (donde por cierto aparecía como un ser irreal y en cierto modo absurdo), o la reciente película de la Fox, “Ice Age” donde parece ser que la supervivencia del pobre animal dependía de unas sandías. Al margen de este tipo de relatos existen otros que, aun sin tener rigor científico, han aportado datos sobre el aspecto y el comportamiento del dodo. Se trata de la información que a través de escritos y de dibujos dejaron los marineros que durante el siglo XVII pisaron Isla Mauricio.


El dodo era un ave de aspecto rechoncho y de torpes andares. Su plumaje gris mullido, su blanca cola a modo de plumero, su gordo pico y sus fuertes patas daban al dodo un aspecto peculiar que le valió el apodo de pájaro “bobo” dado por los portugueses. Medía alrededor de 1m, pesaba entre 13 y 23 Kg y sus fuertes pero pequeñas alas no le servían para el vuelo. Esta fue una de las causas por las que el dodo se convirtió en presa fácil. Aunque apenas hay registro fósil y la información que tenemos es escasa, se sabe que aproximadamente en 1505, el hombre descubrió Isla Mauricio en el Océano Índico, siendo los portugueses los primeros en tocar una tierra hasta entonces, completamente virgen. Los marinos utilizaban la isla como parada en sus viajes comerciales y a finales de siglo, los holandeses llegarían a Mauricio para colonizarla. El hombre, por supuesto, se aprovechó de todo lo que aquel lugar podía ofrecerle y entre todas las especies que sufrieron su presencia se encontró el dodo.


Fig. 5. Dodo (Rhaphus cucullatus)


Debido a la confianza que prestaba el animal ante los nuevos intrusos (pues nunca habían tenido contacto con el hombre y por tanto, no le consideraban una amenaza), a su incapacidad de vuelo y a sus torpes andares, el dodo se convirtió en la presa más cotizada por todo colono que llegaba a la isla. Además de su facilidad para ser cazado, sus nidadas también eran blanco fácil. Habitaba en los bosques de Mauricio, se alimentaba de frutos y semillas, y ponía los huevos en el suelo; hecho lógico si recordamos que era un animal áptero y que ni su peso ni sus alas le permitían subir hasta un árbol y poner a salvo a sus polluelos. Es más, esto supuso la desgracia para la prole del dodo, la cual se vio atacada continuamente por los nuevos enemigos llegados a la isla, traídos por el hombre. Eran mamíferos. Animales nunca vistos en Mauricio como perros, gatos, cerdos, ratas y monos, que vieron en el dodo una gran fuente de alimento, tanto en él como en sus nidadas. También se habla de la deforestación como posible causa de la extinción de este animal pero lo que parece cierto es que esta no llegaría hasta años más tarde de que desapareciese el último dodo.

En cuanto a su biología no sabemos mucho más. Parece ser que la hembra de dodo podría haber puesto un solo huevo en una especie de cama nido situada en el suelo del bosque. En algunos escritos los marineros hablan del parecido que existía entre los huevos que ponía el dodo y los de un ganso. Le describen además como un animal tranquilo y aparentemente desprovisto de armas para la defensa ante los depredadores. Quizás por ello no soportó aquel ataque inminente. No estaba preparado.

Desgraciadamente no se han encontrado demasiados restos como para reconstruir el animal completo. Hasta hace poco tiempo sólo contábamos con una cabeza (Fig.3) y una pata (Fig.2). Sin embargo, en 2005 un grupo de investigadores holandeses y mauricianos descubrió en un área pantanosa al sudeste de la isla (Mare Aux Songes) un enterramiento de materiales botánicos y de huesos de animales, entre ellos los que parecen pertenecer al dodo y a sus crías. Gracias al estudio ecológico y geológico que se estaba haciendo de la zona, estos huesos salieron a la luz con una antigüedad de 3000 años aproximadamente. Con este nuevo hallazgo se pretenderá conocer más acerca de la biología de este ave, de su comportamiento, su hábitat, sus relaciones filogenéticas con las especies actuales y sus antepasados, y las causas definitivas que le llevaron a la extinción.


Fig.6. Posible reconstrucción de esqueleto de dodo.






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